Najat Vallaud-Belkacem, la portavoz estrella del Gobierno francés

Najat Vallaud-Belkacem, la portavoz estrella del Gobierno francés

Vallaud-BelkacemNajat Vallaud-Belkacem es la chica de moda en el Gobierno Hollande. Al contrario que la mayoría de sus compañeros en el Ejecutivo, cuyo prestigio ha ido decayendo a medida que pasaban los meses en el poder, ella no para de subir en los sondeos y esta semana ha desplazado incluso a Manuel Valls como favorito de la opinión pública, según el barómetro político de OpinionWay.

Cuenta el diario El Mundo que con un 49 % de apoyo popular, la benjamina del gabinete supera al ambicioso titular de Interior, que ha perdido de golpe 12 puntos tras el affaire Dieudonné, a pesar de dar la cara diariamente por el presidente peor valorado de la historia de la Quinta República y haberse comprometido personalmente con dossiers polémicos como la aprobación del matrimonio gay, la ley para sancionar a los clientes de las prostitutas, el proyecto de ley sobre la igualdad de género o la flexibilización de la normativa sobre aborto.

Aunque hay quien considera a Najat como la Rachida Dati de Hollande, por su espíritu luchador y por el hecho de haber crecido en una humilde familia emigrante originaria del Magreb, lo cierto es que esta mujer franco-marroquí de 36 años -que tiene, además, una abuela española- no se parece demasiado en el plano personal a la actual alcaldesa parisina, mujer liberada donde las haya, a quien se atribuyó un breve flirteo con José María Aznar y que ha protagonizado un pequeño escándalo judicial con demanda de paternidad incluida.

Al contrario, la ministra está casada desde 2005 con Boris Vallaud, con quien comparte ideales políticos y pertenencia a la función pública -él ejerce como director de gabinete del Ministro de Industria Arnaud Montebourg-, además de unos gemelos nacidos en 2008, poco después de que la candidata socialista al Elíseo, Segolène Royal, perdiese las elecciones con ella de portavoz de la campaña.

Vallaud-Belkacem es, más bien, la nueva Rama Yade, como la describe Le Figaro, que ve en su dinamismo y frescura algunas virtudes de la antigua secretaria de Estado de Deportes de Sarkozy. Salvo que nuestra protagonista no procede de una casta adinerada de Dakar (Senegal), sino que es la segunda de siete hijos de un matrimonio del Rif y llegó al Hexágono a la edad de cuatro años, acompañando a su madre y su primogénita, gracias a la ley de reagrupamiento familiar que les permitió reunirse con su padre, obrero en el departamento de Somme.

Diplomada en Ciencias Políticas por la Universidad Sorbona de París, fracasó dos veces en el examen de acceso a la ENA, pero no se desanimó y se hizo jurista y luego agregada parlamentaria. Militante del Partido Socialista desde los 24 años, ascendió en el partido gracias a la protección de Gérard Collomb, alcalde de Lyon.

Consejera regional de Cultura de la región Rhône-Alpes desde 2004, Hollande la escogió como portavoz tras las primarias ciudadanas de 2011. Su sonrisa, desparpajo, carisma y telegenia son la mejor arma de un Gobierno socialista en horas bajas y ya hay quien la señala como aspirante a liderar el partido en la era post Hollande.

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