De esta manera, Broseta dejará ese cargo para involucrarse directamente en la acción política, aunque desde el entorno de Alarte se advierte que solo es el mejor situado para dirigir una ejecutiva en la que no habrá nombres conocidos, sino un equipo marcado por la ruptura y el cambio generacional.
Broseta lleva ya varios meses aglutinando un espacio propio de influencia, que está presente en la comisión delegada que provisionalmente lleva las riendas del partido. El modelo de ejecutiva de integración de las clásicas familias y que combine personas con experiencia con jóvenes parece que ha sido descartado por Alarte, salvo que los equilibrios que tendrá que hacer para ganar la ciudad le exijan cambiar sus intenciones.
Pese al malestar existente en las agrupaciones, la ejecutiva nacional dice tener la situación bajo control y espera aglutinar a todos los sectores. En el equipo llamado a refundar el partido estarían algunos de los que se han postulado como candidatos, como es el caso de Carlos González Triviño o Mercedes Caballero, junto a Anaís García, Miquel Villanueva, Patricia Sánchez, José Manuel García, Neus Albert, Carlos de la Cruz o Pedro Sánchez, en su inmensa mayoría personas que no han ocupado puestos relevantes.