Los tres grandes partidos británicos han llegado a un principio de acuerdo para la regulación de la prensa. De esdta manera, el primer ministro David Cameron ha dado su brazo a torcer y se ha mostrado favorable a un compromiso con la oposición laborista y con su socio en la coalición de Gobierno, el viceprimer ministro Nick Clegg, que ha mediado en la contienda política y ha reiterado la necesidad de satisfacer las demandas de las víctimas de las escuchas ilegales.
Cameron había dado por zanjadas las negociaciones hace días, reiterando su oposición a la creación por ley de un organismo regulador de la prensa, una decisión que se enfrentaba al boicot de los grandes grupos mediáticos. A cambio, el primer ministro ofrecía una cédula real –sin rango de ley- que fuera aceptada voluntariamente por los propios medios y que ofreciese suficientes garantías de "no interferencia" del Estado en la libertad de prensa.
Cuenta el diario El Mundo que el acuerdo alcanzado incorpora aparentemente varias enmiendas de los laboristas y de los liberal-demócratas a la cédula real sobre la regulación de prensa. Los detalles finales no han trascendido aún y tanto el Gobierno como la oposición han cantado por anticipado la "victoria" política.
El grupo Hacked Off, co-dirigido por el actor Hugh Grant, ha participado indirectamente en las negociaciones en representación de la mayoría de las 800 víctimas de la escuchas ilegales.
Evan Harris, ex diputado liberal-demócrata y portavoz del grupo ha adelantado que las víctimas están dispuestas finalmente a "aceptar un compromiso". El escándalo de las escuchas se ha saldado hasta la fecha con una veintena de procesamientos; entre ellos, el ex jefe de Prensa de Cameron Andy Coulson y la ex directora de News International Rebekah Brooks, amiga personal del primer ministro.
El escándalo dio pie a la comisión encabezada por el juez Brian Leveson, que en noviembre pasado recomendó expresamente la creación de un organismo independiente de regulación para velar por los abusos de la prensa.