Amal Clooney defiende a un periodista egipcio acusado de colaborar con los Hermanos Musulmanes

Amal Clooney defiende a un periodista egipcio acusado de colaborar con los Hermanos Musulmanes

amalclooneyAmal Clooney, la esposa del actor George Clooney, se ha implicado directamenmte en la lucha por la libertad de expresión en Egipto. En un comunicado, la abogada de derechos humanos ha revelado que su cliente Mohamed Fahmi, uno de los periodistas de Al Yazira condenado a siete años de prisión en un proceso plagado de irregularidades, padece hepatitis C y ha pedido su excarcelación inmediata.

"Fahmi sufre hepatitis C, una enfermedad del hígado que puede ser terminal y que requiere un tratamiento especial que no puede recibir mientras esté detenido. También padece una discapacidad permanente en el hombro derecho debido a una lesión agravada en la cárcel", ha detallado Amal.

En junio Fahmi, egipcio con pasaporte canadiense, fue condenado a siete años de cárcel junto al reportero australiano Peter Greste y el egipcio Baher Mohamed, detenidos en diciembre en un hotel de El Cairo. El tribunal acusó a los tres empleados de la televisión catarí Al Yazira de colaboración con los Hermanos Musulmanes, declarados "organización terrorista" por el régimen egipcio, y conspiración contra el país.

En la nota de su bufete londinense, Amal recuerda que el proceso fue "injusto y su encarcelamiento una parodia judicial" en un veredicto ampliamente denunciado por la comunidad internacional. "En el juicio no hubo ninguna prueba que demostrara que Fahmi estaba vinculado con los Hermanos. Está cumpliendo una pena de siete años de prisión simplemente por informar", asevera la abogada coincidiendo con la sesión que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha celebrado esta semana en Ginebra para revisar la precaria situación de los derechos humanos en el país más poblado del mundo árabe.

Amal, que representa a Fahmi en el recurso a la condena que el Tribunal de Casación examinará el próximo 1 de enero, subraya que la justicia egipcia "tiene la oportunidad de arreglar las cosas". "El tribunal supremo de Egipto debe revocar la condena y liberarlo cuando se escuche la apelación. Y, mientras tanto, las autoridades deben concederle la libertad provisional para que pueda recibir el tratamiento médico que necesita con tanta urgencia", agrega la abogada designada por el periodista tras criticar el apoyo jurídico proporcionado por la cadena catarí.

De hecho, Amal insta al canal en inglés de Al Yazira -en el que trabajaba Fahmi hasta su detención- a "tomar decisiones positivas que ayuden a su liberación y abstenerse de llevar a cabo cualquier acción que pueda socavar su causa".

La emisora solicitó una indemnización millonaria al Estado egipcio por el cierre de sus oficinas y la persecución de sus empleados semanas antes del veredicto contra sus periodistas. En el último año la libertad de expresión que consagró la revuelta contra Hosni Mubarak en 2011 ha sido silenciada.

El régimen ha clausurado los canales de televisión y periódicos afines a los Hermanos Musulmanes; confiscado ediciones de diarios oficialistas; forzado el cierre de programas de humor como el presentado por Basem Yusef; detenido o condenado a hasta diez años de cárcel a más de una docena de periodistas; restablecido los permisos para trabajar en la calle vigentes en la dictadura de Mubarak y tolerado una hostil campaña contra la prensa extranjera.

Al mismo tiempo, ha aprobado una draconiana ley que restringe el derecho de manifestación. Desde el golpe de Estado de julio de 2013 al menos 12 periodistas han perdido la vida en Egipto y alrededor de 16 reporteros se encuentran actualmente en prisión.

Algunos han sido juzgados por tribunales militares. Periodistas locales y extranjeros han sufrido decenas de ataques y agresiones. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, la tierra de los faraones fue en 2013 el tercer país más peligroso para la profesión tras Siria e Irak

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