"El principal problema del PSC es el PSOE, una fuente inagotable de desmentidos a sus propuestas; de la misma manera que los tímidos posicionamientos de Pere Navarro en el campo del derecho a decidir son motivo de desgaste para Rubalcaba en el resto de España" ha declarado Jordi Mercader, ex jefe de prensa de Pasqual Maragall durante la etapa de este al frente de la Generalidad.
Mercader ha firmado un artículo en El Periódico defendiendo y pidiendo que ambos partidos se separen definitivamente, rompan sus lazos orgánicos, y aunque no lo explicita, abre la puerta a que el PSOE tenga presencia directa en Cataluña.
No es la primera vez que el periodista augura una ruptura entre el PSOE y el PSC. "Una ruptura inteligente de la entente actual otorgaría al nuevo PSC y al PSOE de siempre el margen de maniobra imprescindible para rehacer las credibilidades maltrechas y poder así cumplir sus objetivos", ha indicado, coincidiendo de esta manera con algunos dirigentes del PSOE, que recientemente han apostado por la constitución de una federación catalana del PSOE.
"El proceso de unidad de los socialdemócratas catalanes y españoles acertó en un programa de izquierdas, de convivencia y catalanismo, imprescindible para entender el país de hoy en política lingüística, en educación o en la modernización de las ciudades. Su gestación no fue fácil: el mismo día del congreso, Alfonso Guerra sofocó con mano de hierro una rebelión en la federación catalana del PSOE de quienes se negaban a la desaparición del partido de Pablo Iglesias" defiende Mercader en su artículo.
Fue una fórmula que se demostró eficaz, pues, en opinión del periodista, otorgó al PSC una centralidad política indiscutible, vigente durante décadas, aun en los días dulces del millón y medio de votos en las generales y el millón cien mil en las autonómicas son historia.
"La marca del PSC con paréntesis acumuló unas pérdidas de 600.000 votos en las últimas convocatorias", por lo que Mercader ha advertido que "la vieja fórmula fue un éxito porque respondía al espíritu de una época determinada"
Por lo tanto, en su opinión, el acuerdo firmado en la Transición ha llegado a su fin: "La fatiga en los materiales humanos y políticos empleados para mantener un equilibrio delicado en una sociedad catalana siempre en movimiento ha acabado por hacer estragos en el PSC. El famoso y maltratado tripartito fue el paradigma de los límites de este ejercicio meritorio pero agotador de compatibilizar los intereses nacionales en Cataluña con las urgencias tácticas de los compañeros de Madrid".