La escritora J.K. Rowling y los actores John Cleese y Maggie Smith figuran entre 200 personalidades del Reino Unido que han firmado una petición a la prensa británica para que se acoja a un nuevo organismo regulador.
Estos famosos, junto con personas damnificadas por los medios de comunicación, piden a los periódicos del país que suscriban el Royal Charter (Estatuto Real), un documento fundacional sancionado por la Reina Isabel II en octubre a propuesta de los principales partidos políticos, que sienta un nuevo código práctico y ético.
Según cuenta el diario El Mundo, el naturalista David Attenborough, el empresario Richard Branson, el cineasta Danny Boyle y el escritor Salman Rushdie han puesto su firma en el llamamiento auspiciado por la organización Hacked Off -que reúne a víctimas de la prensa- y que se ha publicado en varios periódicos.
Los firmantes sostienen que la prensa británica "no tiene nada que perder y solo puede mejorar" con la aceptación de una regulación más estricta que proteja a los ciudadanos de abusos, al tiempo que se garantiza la libertad de información.
El Royal Charter recoge las recomendaciones hechas por el juez Brian Leveson, que investigó el escándalo de las escuchas, pero los periódicos nacionales se han negado a suscribirlo al considerar que atenta contra la libertad de prensa al abrir la puerta a posibles injerencias del Gobierno. En su lugar, han propuesto un organismo alternativo, la Organización Independiente de Estándares de la Prensa (Ipso), que también tendría capacidad para gestionar quejas e imponer multas pero que ha sido criticada por ceder demasiado control a los grandes rotativos nacionales.
Los defensores de Ipso -que, según aseguran, contaría con el apoyo de más del 90 % de las publicaciones británicas- afirman que está preparado para empezar a funcionar el 1 de mayo, en sustitución de la llamada Comisión de quejas a la prensa, que Leveson consideró ineficaz y obsoleta.
John Cleese, ex-miembro del grupo cómico Monty Python, acusó a los directores de periódicos de "estar mintiendo" al tachar de restrictivas las recomendaciones de Leveson. "Dicen que su libertad está siendo amenazada, pero cuando cualquiera demuestra que eso es basura, ignoran los argumentos y en cambio atacan a la gente que quiere que se sepa la verdad. Su falta de escrúpulos deja sin aliento", afirmó.
El escritor Ian McEwan apuntó que "la libertad de expresión no es la libertad de acosar, intimidar y entrometerse en asuntos que no son de interés público, o corromper instituciones públicas con obstrucciones subrepticias". "Los que valoran la libertad de pensamiento y un proceso político abierto saben que los matones y corruptores deben rendir cuentas. Necesitamos urgentemente una regulación sabia y plausible", manifestó.
Leveson propuso la creación de un nuevo organismo autorregulador con supervisión independiente enmarcado por el Royal Charter tras investigar el escándalo de las escuchas, en el que periodistas pinchaban teléfonos para obtener exclusivas.