Yolanda Barcina, la ex-presidenta del Gobierno de Navarra que abandonó la política en agosto tras ceder el bastón de mando a la nacionalista Uxue Barcos, se ha incorporado a Movistar+ la televisión de Telefónica, como nueva consejera independiente propuesta por la operadora que dirige César Alierta.

Junto a ella, entran en el nuevo gobierno corporativo de Distribuidora de Televisión Digital (DTS) Alfonso Ruíz de Assín, que fue uno de los fundadores de la Asociación Europea de Radio; Luis Miguel Gilpérez, presidente de Telefónica España, y Daniel García Pita, expresidente de Inversis y un histórico del mundo empresarial español que ha ocupado numerosos cargos en distintas sociedades y que ejercerá como vicepresidente de la plataforma.

Barcina emprende el mismo camino que han recorrido otros tantos cargos políticos desde la Administración pública a la empresa privada para engrosar las filas de Telefónica. Y todo, a pesar de su intención inicial de volver a su cátedra en la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

La ex-presidenta de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y sucesora de Miguel Sanz en el Gobierno foral formará parte del nuevo consejo de administración de Movistar+, que presidirá Luis Blasco y en el que Pedro García Guillén seguirá ejerciendo como consejero delegado, el mismo cargo que ya tenía en Prisa TV.

Telefónica procederá este miércoles a renovar por primera vez el consejo de DTS después de que, a finales de abril, se hiciera con el control de la antigua televisión del Grupo Prisa y pasara a controlar el 70 % del mercado de la televisión de pago en nuestro país.

Con este llamativo fichaje, Barcina entra a formar parte de una empresa audiovisual totalmente ajena a lo que ha sido su trayectoria personal y política hasta el momento.

Barcina fue alcaldesa de Pamplona entre 1999 y 2011 y presidenta del Gobierno de Navarra entre 2011 y 2015 en una dificilísima legislatura en la que el acuerdo inicial de gobierno suscrito con el PSOE navarro saltó por los aires al principio de su mandato, solo un año después de ser firmado.

Sus diferencias con la vieja guardia de Miguel Sanz y Alberto Catalán y el estallido del caso Caja Navarra y de las comisiones de la entidad, que marcaron sus últimos años en activo, o el escándalo de la Hacienda foral, sobre el que sobrevoló una amenaza de moción de censura, la forzaron a dar un paso atrás y ceder la candidatura para las últimas elecciones autonómicas a su compañero Javier Esparza. Este curso se había reincorporado a la Universidad Pública de Navarra, en donde es catedrática de Nutrición y Bromatología.