El veterano periodista Antonio Alemany, que compatibilizaba la redacción de los textos a través de su despacho de asesoría con una intensa actividad de columnista centrada en "El Mundo", está acusado de malversación y falsedad documental en una pieza separada. La retirada del pasaporte y una fianza de 250.000 euros son atribuidas por el magistrado José Castro a unos "hechos graves, que pueden suponer 15 años de prisión".
La acusación radica en la enrevesada contratación de Alemany a través de una agencia de publicidad, y en el pago de sus servicios a través de facturas que la propia empresa reseña que "no responden a ningún servicio, que es por hacer un favor al Gobierno para pagar a Alemany". El periodista recibió 4.591 euros mensuales durante la legislatura autonómica de 2003 a 2007, a lo que se debe sumar otro medio millón para su Agencia Balear de Noticias.
Aunque el instructor señala que "no estaríamos en esta tesitura" si el autor de los discursos "hubiera sido abiertamente contratado en la modalidad adecuada", la polémica escribe otro capítulo borrascoso en las relaciones entre prensa y poder.
Desde el punto de vista profesional y de los numerosos comentarios que ha suscitado la imputación, la contradicción se halla entre la autoría de los discursos y los artículos de corte eminentemente político de Alemany, abrumadoramente a favor de las tesis conservadoras.
Sin necesidad de someterse a la enciclopédica revisión, versiones más escépticas afirman que no habrá ni uno que no respalde al PP, y muchos menos que se opongan a la gestión del ex ministro. Alemany admite que "estoy de acuerdo con las políticas de Matas, pero no tengo nada que ver con sus presuntas corrupciones".
Alemany ha sido el ideólogo del PP balear desde los años ochenta, cuando ya redactaba los discursos de Cañellas. Aunque el juez se centra en el armazón económico de la relación, donde advierte "la existencia de indicios suficientes que incriminan al recurrente en los delitos", el auto que desestima el recurso contra las medidas cautelares define la labor del periodista como "más propia de un presidente en la sombra".
La colaboración de Alemany con Matas no se interrumpió cuando el segundo fue ministro de Medio Ambiente de Aznar a comienzos de siglo. El periodista mallorquín confeccionó el discurso del Plan Hidrológico.
El instructor también incide en que "el percibo de subvenciones por empresas directamente vinculadas a Alemany" era incompatible con su "vinculación personal" con Matas.