Tan sólo ha hecho falta un discurso en el primer Parlamento Iberoamericano de la Juventud, celebrado en Zaragoza, de la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez, directora de Proyectos del Movimiento Cívico Nacional y su portavoz, para desmontar el populismo del líder de Podemos, Pablo Iglesias.
En su discurso, que triunfa estos días en la Red, Álvarez insiste en que el populismo, como el que acecha a España de la mano de la formación violeta, «de lo primero que se encarga es de desmantelar las instituciones» y su líder «utiliza la desesperación de la población para ofrecerle una solución rápida a sus problemas y, en lugar de invitar a la reconciliación, aviva la lucha de clases».
Continúa advirtiendo de que «se vende como un salvador a cambio de los votos y el apoyo del pueblo, quienes, desesperados por su situación, lo aceptan como tal».
Cuenta el diario ABC que Álvarez recurre a la definición de populismo de Florentino Portero, profesor titular de Historia Contemporánea en la UNED y colaborador de ABC, como «atajo por el cual jugamos con las pasiones, ilusiones e ideales de la gente para prometer lo que es imposible, aprovechándose de la miseria de la gente, dejando afuera absolutamente toda la razón y la lógica en la toma de decisiones; juega con la necesidad para sencillamente imponer una dictadura» para explicar la tendencia populista que «juega con la necesidad de los pueblos para imponer una dictadura, anulando la dignidad de las personas, porque es una postergación de la pobreza, de la ignorancia y de mantener a los pueblos sometidos bajo la ilusión de que sólo los bienes materiales son los que importan a la hora de votar».
En su discurso, la politóloga guatemalteca arremete contra las «atrocidades de los gobiernos populistas» de América Latina por los que Pablo Iglesias siente profunda admiración, como el régimen cubano o el venezolano, admiración que, según Álvarez, «carece de razón y conocimiento, porque en Latinoamérica son pocos los que reconocen en el régimen chavista las atrocidades y las violaciones de derechos que se están cometiendo».
Álvarez sostiene que en los parlamentos ya «no se intercambian ideas, ya la razón y la lógica han perdido la importancia que deberían tener, ya no hay un respeto por el argumento, por dejar fuera las falacias, y nuestros líderes populistas anulan toda la razón y toda la lógica de su argumento levantando pasiones», por lo que llama a levantar la «pasión por el conocimiento», porque la otra cosa que le hace el populismo es que «anula la dignidad a las personas, hace sentir a las personas que esa persona no es capaz ni digna de gobernar su propia vida, y que necesita de un líder que le maneje absolutamente todo para poder salir adelante».
El discurso que utiliza Podemos es «tú estás mal porque alguien está bien», pero Álvarez lo que propone es «rescatar el que todos podemos estar bien, que el hecho que una persona acumule riqueza no le impide a otra también acumularla», si bien para ello «se necesitan instituciones, seguridad jurídica, un estado de derecho, y sobre todo rescatar en nuestros parlamentos el respeto por el debate de ideas con argumentos, razón y lógica» y no dejarse llevar por las ciegas pasiones que despiertan el populismo.