Las labores de espionaje de José Manuel Villarejo por orden de BBVA tuvieron como alguno de sus objetivos a nuemrosos directores de comunicación de grandes empresas, alguna de las cuales es competencia directa de esta entidad financiera.
Según la información desvelada por el El Confidencial y Moncloa.com, las empresas del comisario jubilado llegaron a recoger el contenido de 15.000 llamadas realizadas entre 2004 y 2005, un rastreo masivo que obedecía al encargo efectuado por el jefe de los servicios de seguridad de BBVA, Julio Corrochano, conocido por el presidente de la entidad, Francisco González.
Con el objetivo de reunir información sobre el intento de toma de control del banco por parte de Sacyr, los espías se centraron, de entrada, en el entonces director de la Oficina Económica de Moncloa, Miguel Sebastián, a quien consideraban padrino político de la operación, aunque la cara visible del ataque era el presidente de la constructora, Luis del Rivero.
El caso es que el barrido realizado por el equipo de Villarejo acabó extendiéndose a otros profesionales con puestos sensibles en grandes compañías, algunas de ellas cotizadas, entre los que figuraban sus directores de comunicación, que eran víctimas propicias, a ojos de los hombres del comisario, por la cantidad de información sensible que manejaban y por su cercanía a los presidentes y a la cúpula directiva de sus respectivas empresas.
Los pinchazos afectaron a dircoms de distintos sectores como Aurelio Medel, director de comunicación del Santander, el banco liderado entonces Emilio Botín. Las empresas de Villarejo también llegaron a pinchar los móviles de directores de comunicación del sector en el que operaba Sacyr, como es el caso de Lorenzo Cooklin, que entonces lideraba el equipo de comunicación de ACS. También fueron intervenidas llamadas de periodistas que informaban sobre las dos compañías que protagonizaban la contienda, como Ángel Laso, que en aquellas fechas era responsable de la sección de Economía de ABC y que ocuparía tres años después el puesto de dircom en Sacyr.
Otro caso paralelo es el de Encarna Pérez, que seguía la pugna desde La Vanguardia y que más tarde ocuparía la dirección de comunicación de la Asociación Española de Banca (AEB).
El rastreo se extendió además a otros profesionales con larga experiencia en comunicación pero no vinculados en absoluto con la batalla que libraron BBVA y Sacyr, entre los que figuraban directivos del sector energético, como Begoña Elices, máxima responsable de comunicación en Repsol; el entonces dircom de Iberdrola, José Luis González Besada; o su homóloga en Endesa, Carmen Azúa.
Otro de los profesionales ajenos a la pugna entre Del Rivero y González espiado fue José Romero, director de comunicación de Vodafone en España. Además, pincharon el móvil del periodista que controlaba la información del propio BBVA, Javier Ayuso, dircom del banco en aquellas fechas, que más adelante recalaría en la Casa Real.
El BBVA ha explicado que ha puesto en marcha una investigación para determinar el alcance de las escuchas, asegurando que inició esas pesquisas en junio, antes de que se conocieran los primeros audios grabados por el comisario en referencia a la operación de Sacyr.