El consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí aseveró ayer, en el transcurso de un encuentro organizado por Forocompol, que existe “una relación directa entre el éxito electoral y la presencia en Internet”. Para el también articulista, aunque “eso no significa que un tweet o un me gusta sea un voto”, al final “gana quién más relaciones tiene”.
Rubí participó en el Foro de Comunicación Política (Forocompol) con una charla sobre "La política vigilada: la comunicación política en la era de Wikileaks”, en la que desgranó las razones por las que, a su juicio, la política ha perdido poder. En su opinión, ello se debe a la pérdida de efectividad en cinco ejes: capacidad representativa, capacidad interpretativa, capacidad regulatoria, capacidad directiva y capacidad asistencial.
“El No nos representan está muy instalado. Los ciudadanos no se sienten representados, ya que sienten que los partidos políticos no están seleccionando a los mejores de la sociedad para incorporarlos a la función pública. El sistema electoral o la Ley de Partidos son fuertemente cuestionados”, explicó.
“Además- prosiguió- los partidos interpretan tarde y mal lo que pasa en la sociedad. Miran mal, escuchan mal y entienden mal, así que llegan tarde”. Por ello, explicó, “regulan lentamente”, como en la caso de la Ley Sinde, y “por exceso o por defecto”. “El ámbito parlamentario no puede regular bien algo que no entiende”, dijo.
Rubí explicó también que la brecha con la sociedad se ha agrandado al tener los políticos mermada la capacidad de dirigir el bien público. “Tienen competencias reducidas y presupuestos ajustados, pero además se limitan a gestionarlas, no a dirigir en lo moral”, dijo tras denunciar que los tampoco tienen capacidad asistencial.
El también escritor afirmó que estos déficits de la clase política se soportaban cuando las cosas iban bien, pero ahorra “irritan a la sociedad”. No en vano, dijo “la política es casi ya la única actividad que ofrece contratos a 1.460 días”.
En este sentido, explicó que las redes sociales han cambiado las reglas de juego, ya que ahora “hay cuotas de soberanía durante todo el proceso, no sólo al final con el voto cada cuatro años”. Así, destacó herramientas participativas como la web tu derecho a saber, que permite a cualquier ciudadano remitir una pregunta a la Administración, o el blog Qué hacen los diputados, donde se analiza la actividad de los parlamentarios.
Por último, destacó que la labor de un asesor político (600 cada año se gradúan en España en los diferentes masters) no es “estirar el chicle de un modelo político que se acaba, sino ayudar a reducir la fractura entre políticos y sociedad”. “El trabajo del asesor es ayudar al político a comprender la sociedad a la que quiere llegar”, concluyó.