El 40 % de la población considera que los medios de comunicación separan la realidad de la ficción y no confía en ellos, según las conclusiones de un estudio denominado Bias, Bullshit and Lies: Audience Perspectives on Low Trust in Media, publicado por el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford que analiza la confianza de los lectores en los diarios y las redes sociales en nueve países distintos. 

Por otra parte, la toma de posesión de las firmas mediáticas molesta a los consumidores de medios, especialmente a los más jóvenes y a los de menos recursos.

Los investigadores buscaban averiguar el nivel de confianza de los lectores a la hora de acudir a un medio o red social para distinguir entre un hecho verídico o ficticio, para encontrarse con que en los periódicos sólo consiguieron un 40 % de los votos a favor, con un total del 25 % en contra.

Las redes sociales no arrojaron mejores cifras, ya que en este medio, según el estudio, la desconfianza (41 %) dobla a la confianza (24 %), constituyendo una tendencia que explican que se produce a partir de la sensación que tiene la audiencia de que las redes sociales están plagadas de información inexacta, agendas extremas y opiniones fuertes, debido, en gran parte, a la facilidad de difusión de noticias.

El análisis pretende llamar la atención de las empresas mediáticas, plataformas y reguladores, según ha explicado Nic Newman, coautor del estudio, quien ha afirmado que “necesitamos mejorar los incentivos para crear y exhibir contenido más precios y confiable”.

Entre las propuestas para acabar con esta mala reputación, Richard Fletcher, otro de los participantes en la elaboración del estudio, destaca la existencia de diversidad en las redacciones para reflejar a todos los espectros de la audiencia.

El informe muestra principalmente los aspectos que despiertan desconfianza de los medios de comunicación, pero también hace alusión a los que causan confianza entre el público. En este sentido, en el caso de los medios, la televisión es la que más confianza suscitó a los encuestados debido a la sensación de veracidad que transmiten las imágenes.