El presidente de Portugal, el conservador Aníbal Cavaco Silva, ha sustituido fulminantemente a su director de comunicación, Fernando Lima, días después de que un diario sacudiera la campaña electoral al revelar que este era la fuente de las denuncias periodísticas sobre un supuesto espionaje al jefe de Estado.La sustitución de Lima, un estrecho colaborador de Cavaco desde hace dos décadas, fue anunciada sin ninguna explicación, mientras varios líderes de la izquierda pidieron de inmediato aclaraciones al presidente por la repercusión que ha tenido el caso de las presuntas escuchas, que apuntaban al Gobierno socialista de José Sócrates.
Francisco Loucá, líder del Bloque de Izquierda, descalificó el asunto del espionaje al presidente, exigió que Cavaco cierre el caso lo más deprisa posible y criticó a "los políticos" que no están a la altura del cargo y alimentan sospechas "para perturbar a la opinión pública".
El responsable de Asuntos Parlamentarios y secretario del Partido Socialista, Augusto Santos Silva, interpretó el relevo de Lima como una muestra de la falsedad de las acusaciones del principal partido de la oposición, el Social Demócrata (PSD) del que proviene Cavaco, al achacar al Gobierno un "clima de condicionamento" de la prensa.
El Diario de Notícias de Lisboa aseguró hace tres día que este asesor era la fuente de otro diario de la capital, Público, cuando informó el pasado 18 de agosto de que Cavaco se sentía vigilado por el Gobierno socialista. Las sospechas del supuesto espionaje surgieron después de que los socialistas criticaron la participación de Cavaco en la elaboración del programa electoral de la oposición socialdemócrata.
A raíz de estas manifestaciones del partido gobernante, el PSD comenzó a cuestionarse cómo habían sabido las actividades de Cavaco y si el jefe de Estado podía estar bajo escucha.
El pasado viernes los Servicios de Información de Seguridad de Portugal (SIS) negaron cualquier participación en esos hechos, mientras el tema se adueñaba de la campaña para los comicios legislativos en los que Sócrates aspira a reeditar la mayoría absoluta lograda en el 2005.
Cavaco, obligado como jefe del Estado a permanecer al margen de la campaña política, se limitó a afirmar el mismo viernes que no iba a comentar en periodo electoral esas noticias aunque después de los comicios del domingo procurará "más informaciones sobre cuestiones de seguridad".
