Durante los últimos cinco años las telenovelas y series de televisión mexicanas transmitidas en televisión abierta se han convertido en una herramienta política y de comunicación que están siendo utilizadas para promover candidatos, legitimar la guerra contra el narco o reivindicar la imagen de los policías o militares, señala el resultado del estudio que realizó durante 2010 el Observatorio Iberoamericano de la Ficción Televisiva (Obitel).

La investigación que se realizó dentro del Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara (México) señala cómo estos mensajes políticos que aparecen al menos en un tercio de las telenovelas tienen un efecto mayor en la audiencia, ya que se está abierto emocional mente para disfrutar de las historias y recibe sin previo aviso un mensaje político.

El especialista e investigador Guillermo Orozco explicó que "la televisión mexicana aprovechó para inyectar mucha más violencia a su programación de ficción y legitimar desde ella su uso por parte del Estado y por el Ejército como la única estrategia para conseguir la paz en el escenario de guerra anunciado y reiterado en todas las pantallas por el mismo Presidente; el tratamiento de la violencia en la ficción televisiva no sólo buscó justificar y legitimar la postura gubernamental sino que además construyó en torno a ésta diversas "moralejas ficcionales" que indicaban a las audiencias cómo pensar, sentir y vivir la realidad social".

Programas como "El equipo" (televisa), "La reina del sur" (Telemundo), "La rosa de Guadalupe" (Televisa), "A cada quien su santo" (TV Azteca), además de las barras de telenovelas de las televisoras públicas estuvieron bajo observación, y se determinó que "a la par de los temas de inseguridad, la ficción mexicana sirvió como un nuevo instrumento para la construcción de la agenda política de las empresas televisivas, los gobiernos y los anunciantes, ya que fue a través de esos dramas privados e íntimos de las telenovelas que se develaron sus posturas y posicionamientos en temas considerados controvertidos como fueron el aborto, la diversidad sexual, la renta de vientre, la legalización de las drogas, el tráfico de armas y la trata de personas.

En todos estos casos, a decir de los especialistas, se posicionó una postura política conservadora que en muchos de los casos abogó a la moralidad antes que a la legalidad. Guillermo Orozco, explicó que los efectos de estos mensajes insertados en la programación, tienen mayor efecto en la población ya que en esos momentos están abiertos a percibir emociones, sentimientos y trama y no para recibir un mensaje político o comercial.