Un solo tuit pensaban lanzar desde la Casa Blanca el día de las elecciones que dieron la primera victoria a Obama. Corría el año 2008 y sus directores de campaña aún evaluaban la importancia de Twitter, que por aquel entonces empezaba a cobrar fuerza. Cuatro años después -2012- gestionaban seis millones de tuits al día, decenas de miles de e-mails y miles de voluntarios, votantes, donantes y captadores de fondos.
Lo cuenta Edward Schlicksup, responsable de crear la herramienta que permitió manejar la comunicación -ya fuera mediante teléfono, email o formularios web- durante la campaña electoral de Obama aquel año. Una plataforma, basada en tecnología Salesforce, que fue clave para la victoria del candidato demócrata.
Schlicksup no confirma su participación en la campaña de Hillary Clinton, pero es probable que la de Obama 2012 haya marcado una nueva forma de hacer las cosas entre los demócratas de cara a las presidenciales.
La clave del éxito en Internet, "un buen sistema digitalizado de registro y manejo de grupos de interés es fundamental para organizar la interacción con ellos, implicarles, analizar y conocer sus intereses y, por supuesto, conseguir su voto", ha declarado.
Y todo ello desde la nube, donde se alojan sus call centers.
Su estrategia en redes sociales es básica: lanzan información desde las cuentas oficiales y desde las personales se hacen eco de ello y aportan sus reflexiones personales. El punto fuerte es la coordinación de los voluntarios, no sólo en redes sino, especialmente, para realizar acciones sobre el terreno.
Una de las claves de la campaña de 2012 fue aumentar la cifra de votantes y posicionar a su favor a los indecisos. Para ello se organizó digitalmente la acción de los voluntarios que iban puerta a puerta para tantear a cada vecino y ofrecer ayuda en caso de tener alguna dificultad para votar.
"Hay que implicarse en el proceso y hacer campaña de tú a tú con los votantes indecisos", afirma. Se refiere, por ejemplo, a los votantes de menor edad, que no siguen las campañas en televisión. "Los políticos españoles deberían escuchar a los jóvenes, mostrar que les importan y buscar la mejor manera de llegarles, poniendo el foco en los canales que ya están usando, como el móvil o las redes sociales".