El ex-ministro socialista Ramón Jáuregui se ha alzado con el Premio Emilio Castelar al parlamentario mejor orador que otorgan los miembros de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), y que fue entregado en una gala marcada por la denuncia de los despidos en el sector de la información y en la que los políticos hicieron suyo el lema Sin periodismo no hay democracia.
Jáuregui, quien ya ganó el mismo galardón en 2002, se impuso a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y al portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida (CiU). El diputado socialista dedicó el premio a todo su partido por estar "muy necesitado de alegrías", criticó el "deterioro del producto periodístico" por la influencia de las redes sociales y reivindicó labor de los informadores.
La solidaridad con los periodistas despedidos marcó las intervenciones de la mayoría de los galardonados durante la cena que tuvo lugar en un céntrico hotel madrileño. El presidente del Congreso, Jesús Posada, que se encargó de cerrar el acto, también se sumó al lema Sin periodismo no hay democracia lanzado por la Federación Española de Asociaciones de Periodistas (FAPE) y, al hilo del mismo, aprovechó para remarcar que "sin políticos elegidos tampoco".
El premio "Luis Carandell" a la mejor relación con la prensa recayó en la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, que desbancó al exministro socialista Valeriano Gómez, al nacionalista catalán Carles Campuzano, y al navarro Carlos Salvador (UPN).
Su contrapunto fue el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que fue designado como "Castigo para la prensa", un premio amargo con el que los periodistas ponen de manifiesto los silencios, desaires o excesos de quienes se lo llevan.