Aunque Donald Trump no parece tener mucho cariño por la prensa, parece que sin quererlo está contribuyendo más que nadie a resucitar a los medios tradicionales.
A los medios tradicionales se le estaba atragantando en Estados Unidos la revolución digital, pero la era de la postverdad de Trump parece haberse convertido en un regalo para el sector.
En el último trimestre la edición digital del New York Times ha ganado 276.000 suscriptores, y hasta el maltrecho papel atrajo a 25.000 nuevos clientes, el mejor dato en seis años. Según su director, Dean Banquet, “Trump es lo mejor que le ha pasado a la estrategia de suscripciones del Times. Cada vez que tuitea sobre nosotros las suscripciones suben salvajemente”.
La nueva edad de oro de la prensa tradicional norteamericana se aprecia también en el Washington Post. Tras las elecciones, el periódico decidió acabar con años de recortes y contratar a 60 nuevos periodistas, y las suscripciones subieron un 75 % en 2016.
Con todo, el interés desatado por Trump se ve mejor que en ningún sitio en las audiencias de los canales de noticias. El primer trimestre de la era Trump ha sido también el mejor para CNN en los últimos 13 años ha visto como la audiencia ha subido un 50 %.
Además el presidente ayuda a los canales a captar a esos jóvenes que solo se informaban por Internet, y hasta ahora pasaban de las noticias en televisión. Si comparamos el primer trimestre de 2017 con el de 2015, Fox News ha aumentado su audiencia entre los menores de 35 años un 148 % y MSNBC un 85%.
No se trata sólo de que haya más ganas de consumir noticias, es que mucha gente ha empezado a tomarse su apoyo a los medios como una especie de militancia. Por ejemplo, más de 15.000 personas han respondido a la llamada del New York Times para financiar suscripciones gratuitas reservadas a estudiantes. Incluso un donante anónimo ha puesto un millón de dólares para que los jóvenes puedan leer el diario más prestigioso de EEUU.
En cualquier caso, no se puede decir que la campaña de Trump contra las “noticias falsas” no haya tenido efectos negativos. En la fase más dura de la campaña presidencial, una encuesta desvelaba que apenas un 32 % de los estadounidenses confía en los medios... y aunque parezca que se trata de un mínimo histórico... resulta que en ese 32 % que sí confía, hay gente dispuesta a apoyarles con dinero, que es lo importante.