Su web está entre las 15 más visitadas de EEUU y es la única que no pertenece a una cabecera histórica. Impreso se vende sólo tres veces por semana en Washington. Hace casi un año y medio, en las bocas de Metro de Washington apareció un receptáculo más con una nueva publicación gratuita: The Politico. Sin embargo, ésta poco tiene que ver con las demás.

Ni información general, ni ofertas de trabajo ni anuncios de pisos de alquiler. Como explica su cofundador y director, John Harris, es un "experimento" consagrado a un universo bien preciso: el de la política norteamericana.

Cuenta El Mundo en un amplio reportaje que The Politico forma parte de una nueva generación de medios de comunicación nacida después de la revolución digital, y gracias a ella. Es difícil catologarlo de acuerdo con las categorías de media al uso porque es un híbrido de todas ellas, ya que es una web y también un medio escrito con una circulación de 27.000 ejemplares gratuitos que se distribuyen exclusivamente en la capital de los EEUU tres veces a la semana.

Llega a la mayoría de su adiencia a través de su edición digital, que contiene material exclusivo distribuido entre varios blogs temáticos. Por si fuera poco, también produce contenido audiovisual tan atractivo que lo reproducen televisiones y radios de todo el país.

Todo, nacido de la mente de veteranos y reputados periodistas especializados en política. Como su director, que era el jefe de Política del Washington Post, donde trabajó por más de dos décadas. The Politico es fruto de numerosas charlas con su compañero Jim VandeHei en la redacción. Harris, de 45 años, y VandeHei, uno de sus reporteros, de 36 años, hablaban a menudo sobre los desafíos que afrontan los medios de comunicación a causa de la revolución tecnológica.

Por una parte, los directores de los grandes periódicos ya no dictan la agenda, sino que son los propios ciudadanos los que lo hacen. Esto lleva a que existan unas audiencias más segmentadas, agrupadas en torno a sus temas de interés, con fuentes diferentes en función de cada ámbito, deportes, política... En segundo lugar, ahora los nombres que cuentan, los que atraen a los lectores, no son tanto los de los medios, sino los de algunos periodistas que escriben para ellos.

Los fundadores de esta exitosa aventura periodística contactaron con algunos colegas que trabajaban para otros medios y que poseen una visión particular y un conocimiento profundo de la política norteamericana, y les convencieron para que se sumaran a la idea.

Sólo les prometían dos cosas: una mayor libertad, tanto en cuanto a estilo, como a temas a desarrollar, y participar en un proyecto ilusionante... Y el experimento ha sido todo un éxito. No sólo por los comentarios que circulan por los mentideros políticos, sino también por la medición de audiencia que sitúa esta página web entre las 15 más visitadas de EEUU dedicadas a información, y la única del ranking que no pertenece a una cabecera con solera.

Al igual que un periódico convencional, la publicación está dividida en varias secciones fijas, una dedicada al Congreso, otra a los lobbies, a la campaña electoral... hay hasta un blog de cotilleo (político, claro). Su objetivo no es llegar a un gran público, sino a aquél apasionado por la política, y muy especialmente a los miles de personas que viven de ella en Washington.