El presidente del Gobierno se tomó cinco días de reflexión para decidir si seguía al frente del Ejecutivo el resto de la legislatura o no, debido a la presión mediática y judicial del caso de Begoña Gómez, para finalmente decidir continuar, una maniobra que ya habían utilizado nada menos que los guionistas de la conocida serie televisiva House of Cards.
Cuenta el digital Artículo 14 que la serie de televisión creada por Beau Willimon en 2013, dirigida por David Fincher y protagonizada por Kevin Spacey y Robin Wright marcó un antes y un después en las ficciones políticas estadounidenses durante la pasada década, siendo vista por muchos como un referente de la política norteamericana y un magnífico estudio sobre el poder y la ambición, sirviendo de ejemplo para propios y extraños en innumerables ocasiones.
El casoe es que durante la tercera temporada, el personaje protagonista de House of Cards, Frank Underwood, estaba contra las cuerdas, de manera que el presidente del Gobierno de los Estados Unidos de América, lidiaba con la presión social, política, mediática y judicial en torno al caso de unos drones militares que habían causado estragos en Oriente Próximo.
No solo por las consecuencias militares de lo acontecido más allá de las fronteras estadounidenses, sino porque en su propio partido lo observaban con dudas e inquietudes... y es ahí donde entraba Heather Dunbar, personaje de Elizabeth Marvel y potencial sustituta de Frank Underwood al frente de la Casa Blanca.
Pero ¿cómo afrontó el protagonista de House of Cards la situación? ¿Cómo se enfrentó a la presión social y mediática, y al mismo tiempo logró mantener la confianza de los políticos del Capitolio?... Lo que hizo Frank Underwood fue escoger el papel de víctima y trasladar ese acoso judicial por el caso de los drones y toda esa presión de su entorno hacia otro lado, en busca de una especie de «cuestión de confianza» silenciosa que le permitiría mantenerse en el poder y presentarse a las siguientes elecciones con posibilidades reales de seguir en la Casa Blanca.
Es exactamente lo mismo que ha hecho Pedro Sánchez ahora: victimización y a seguir. De esta manera, Sánchez habría sacado de House of Cards su amenaza fallida de dimisión. Todo se reduce a una cuestión de confianza y a tratar de desembarazarse de las presiones políticas, sociales y mediáticas que, tanto en la ficción como en la realidad, se han ido haciendo más y más grandes conforme pasaban las semanas.
El caso es que tras una situación poígtica calamitosa, había que poner la mejor cara posible y sacar el manual de resistencia... y es ahí donde entra el nombre de Begoña Gómez… y todo sata por los aires. La aparición de la mujer del presidente en medio del terremoto político del caso Koldo, supuestamente hizo explotar a Pedro Sánchez, que según ha pretendido escenificar, habría llegado al límite de lo que su manual de resistencia le permite soportar, para decir «basta» y plantarse.
Los analistas y expertos del panorama político español afirmaron que estábamos ante una clarísimaestrategia política, de la misma manera que Frank Underwood buscó una «cuestión de confianza» en House of Cards y logró colocar una cortina de humo entre todas las polémicas que le rodeaban.
Así las cosas, en estos momentos, cabe preguntarse si Pedro Sánchez ha tenido como referencia la maniobra de Frank Underwood en House of Cards o ha salido de su propio manual de resistencia. Desde luego, después de haber tomado la decisión de continuar, el símil con la serie de televisión de Netflix se convierte en muy interesante, y la influencia es bastante evidente, aunque solo se trate de una curiosidad política para estos tiempos tan convulsos.