El PP ha logrado una victoria arrolladora en estas elecciones autonómicas y municipales donde los socialistas han pagado muy caro la gestión de la crisis y los cinco millones de parados. El castigo de los votantes a Zapatero es tan contundente que, cuando restan poco más de nueve meses para las generales, la pregunta que está en el aire es si podrá agotar la legislatura. De momento, el presidente del Gobierno ha descartado un adelanto electoral para concentrarse en la salida de la crisis.
Los populares han borrado a los socialistas del mapa. Los datos hablan por sí solos. Con el 100 % de los votos escrutados, el PP obtiene el 37,53 % y el PSOE, el 27,79 %. La diferencia ronda los 10 puntos, casi el doble de lo que lograron los populares en 1995 cuando adelantaron un año antes el cambio signo que luego se dio en las generales de 1996. En 2007 ya venció el PP, pero entonces la distancia entre ambos era de apenas 7 décimas (35,62%-34,92%).
La lectura es que el PP ha pintado de azul el mapa de España y prepara lo que puede ser el desembarco de Mariano Rajoy en La Moncloa en marzo del próximo año. La victoria popular se cuenta en más de 2.200.000 votos de diferencia y casi 5.000 concejales más. Respecto a 2007, sube en medio millón de sufragios.
Por su parte, en el PSOE es todo desolación y tristeza. Barridos del mapa autonómico, se ha desangrado en número de votos en las municipales perdiendo más de un millón y medio de sufragios. El futuro inmediato se presenta asfixiante tras el rechazo de las urnas a las políticas llevadas a cabo por el Gobierno de Zapatero. No obstante, tiene los pactos con el PNV y CC que garantizan llegar al final de la legislatura.
Ferraz dará el pistoletazo de salida para elegir nuevo líder para las generales en unas primarias que llegan en una situación muy delicada. Veremos si estos datos no echan atrás a algún aspirante, que prefiera aguardar es escenario menos negro. El batacazo ha sido tal, que José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado a comparecer ante los periodistas para asumir una derrota que se interpreta como un castigo explícito a su gestión. El presidente del Gobierno se despide de unas elecciones dejando a su partido noqueado y sin apenas poder territorial.
Es probable que los populares redoblen ahora su ofensiva para reclamar un adelanto electoral. Preguntado por ello, Zapatero ha descartado tal escenario para "culminar las reformas imprescindibles para la recuperación económica". En su aparición pública, Rajoy no ha exigido tal anticipo, pero sí lo han hecho Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre a un metro de distancia mientras los militantes que han acudido a Génova jaleaban más "Zapatero dimisión" que "Rajoy presidente".
La indignación aúpa a IU El descontento con el PSOE y, posiblemente la movilización del 15M, han dado alas a Izquierda Unida que, por fin, saborea una gran noche electoral y le consolida como tercera fuerza. Obtiene un porcentaje del 6,32 % -cuando en 2007 se quedó en el 5,48 %- y más de 1.400.000 votos.
La indignación de las concentraciones de toda España, como la abanderada en la Puerta del Sol de Madrid, ha tenido su reflejo en las urnas, pero pese a los temores de una caída de la participación, ésta ha subido hasta el 66,22 %, dos puntos más que en 2007. Lo más reseñable es el voto en blanco, que ha alcanzado el récord en democracia, un 2,55 %. Los votos nulos también han subido hasta el 1,69%.