Julio Tinaquero, senior account executive de Best Relations, ha analizado en un interesante artículo la estrategia de comunicación de Donald Trump; y ha sido Top Comunicación la encargada de realizar un extracto del mismo, que reproducimos por su interés para nuestros lectores.
Tinaquero señala que la comunicación de Donald Trump no está dejando indiferente a nadie: “Y si te deja indiferente es que no tienes sangre, no te interesa la política o simplemente vives ajeno a lo que se ve, lee o escucha en los medios de comunicación”. En su opinión, “lo que realmente llama la atención es el espectáculo transmedia que ha creado en torno a su figura y su campaña”.
Entre las claves que destaca el autor en este sentido son:
Argumentos claros para una comunicación de "trinchera":
A grandes rasgos, su política apela a los principios americanos más conservadores: banderas, águilas calvas y la identificación clara de un enemigo (ISIS, Obama o Hillary Clinton). Contra todos ellos busca argumentos claros y fáciles para los que tiene soluciones aún más sencillas. Todos esos mensajes aderezados con gran cantidad de superlativos, son la piedra angular de una comunicación agresiva de trinchera y de guerrilla.
Montar un show para buscar titulares:
Los estrategas de la campaña de Donald Trump se esfuerzan para convertir cada acontecimiento en un gran show a los que añade unos cuantos titulares para asegurarse su aparición en medios. “Sus eventos parecen más un concierto de una gran estrella de rock que las típicas estampas americanas de políticos besando bebés y estrechando la mano a los ancianos de primera fila (…) Y éste es su gran secreto: no necesita una gran inversión en medios como hacen el resto de sus competidores. La polémica que genera le lleva de la mano a todas las cabeceras y televisiones del mundo, cobertura que no logran sus adversarios”, afirma Tinaquero.
Notoriedad en las Redes Sociales:
Tinaquero se pregunta qué hace a Donald Trump tan notorio en Twitter. “(…) El reality show president conoce como nadie qué hacer, cómo y cuándo. Nos está demostrando a todos que lo que tradicionalmente nos hacía perder popularidad (como los errores o las salidas de tono), en las redes sociales funciona al revés: nos aumenta la lista de seguidores e interacciones. Él mismo se ha denominado “el Ernest Hemingway de los 140 caracteres” a base de descalificativos y lenguaje soez.
Videos virales:
Los vídeos son sus publicaciones estrella. Lo hemos visto despeinarse con águilas calvas, ridiculizar a Hillary Clinton, arengar a sus seguidores en vídeos cortos y concisos, incluso apelar a los principios conservadores americanos o retransmitir Q&A (preguntas y respuestas) directamente a través de Periscope. Vídeos a muy bajo coste que le proporcionan decenas de espacios en informativos de todo el mundo. Él mismo pone en la mano el contenido a los medios. ¿Retorno de la inversión? Exponencial. Poquísima inversión y gran cobertura mediática, un cóctel que está disparando la popularidad de Donald Trump y que de momento le permite encabezar la carrera para ser el candidato republicano.