Jay Carney, un veterano periodista que se incorporó al Gobierno de Barack de Obama después de haber trabajado 20 años para el semanario Time, ha sido nombrado nuevo portavoz de la Casa Blanca en sustitución de Robert Gibbs, quien se dedicará a preparar la campaña de reelección del presidente.
Carney era hasta la fecha el portavoz del vicepresidente, Joe Biden, cargo al que accedió al comienzo de esta Administración y con el que interrumpió una brillante carrera periodística en la que llegó a ser jefe de la oficina en Washington de Time y en la que antes había cubierto acontecimientos importantes en Rusia, Cuba y otros de la política interior norteamericana. Era, además, colaborador frecuente en varios programas de televisión.
Se trata de un profesional con un perfil muy diferente al del hombre que va a sustituir. Mientras Gibbs es uno de los más íntimos colaboradores de Obama que está junto a él desde que se empezó a fraguar su candidatura presidencial, y goza de su confianza y fácil de acceso; Carney aportará una fluida relación con los periodistas de Washington, a los que conoce personalmente.
Carney llega a la portavocía de la Casa Blanca en el mejor momento de la presidencia de Obama, cuando las encuestas están en alza y parece haber calado el nuevo mensaje ya trasladado a la opinión pública en el discurso de la estado de la Unión.