El presidente polaco, Andrzej Duda, ha hecho caso omiso de las protestas y advertencias de la Unión Europea y ha firmado la Ley de Medios con la que el gobierno del partido de Jaroslaw Kaczynski se asegura el control de la radio y televisión públicas.
Duda estampó su firma en la controvertida ley horas después de que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, advirtiera desde Amsterdam a Polonia de la preocupación que existe en Bruselas por el rumbo emprendido por el gobierno de Beata Szydlo.
Juncker ha afirmado que la Comisión pondrá en marcha el mecanismo de vigilancia democrática aprobado en 2014. Este mecanismo prevé sanciones para los socios de la UE que se aparten del Estado de Derecho y podría activarse el próximo día 13, cuando la Comisión Europea someta a estudio el caso polaco.
El eurocomisario de Economía y Sociedad Digital, Gunter Oettingen, y el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans ya se han posicionado en esa dirección. Pero las críticas y advertencias dejan indiferentes al Ejecutivo de Szydlo, considerada la testaferro político de Kaczynski, cuyo partido, Ley y Justicia (PiS) domina el gobierno y, con mayoría absoluta, las dos cámaras parlamentarias.
La primera ministra defendió los pasos dados por su gobierno, al que definió como "predecible y racional" y se dijo abierta a mantener un diálogo activo con la Comisión Europea. "Presentaremos nuestras reformas y entonces comprenderán que todas estas críticas responden a una campaña de la oposición, empeñada en promover la histeria para obtener réditos políticos", declaró Szydlo.
La Ley de Medios firmada por Duda considera a los medios de comunicación públicos "entidades de la cultura nacional" y los sitúa bajo la competencia del Ministerio del Tesoro, que será el encargado de designar mediante los mecanismos gubernamentales correspondientes a los respectivos consejos de dirección.
La televisión nacional polaca, las radios y la agencia de noticas PAP quedan de esa manera sujetas a los dictados de los peones de Kaczynski. El Consejo de radiodifusión (KRRiT, por sus siglas en polaco) queda asimismo despojado de su función de vigilancia.